domingo, 11 de noviembre de 2007

Ahora después te cuento


3 de junio de 2007

Llega Caro a casa a eso de las 9 y me despierta. Charlamos un rato y me ofrezco para acompañarla hasta el Nuevo Buenos Aires donde la gente del Techo están construyendo una casita -fuera de las construcciones habituales- para una chica del barrio. La dejó y me voy, sobra gente.
Me tomo el omnibus en Belloni para volver a casa. El guarda no me cobra boleto al subir, me sonríe, se la devuelvo amablemente y me voy al fondo. Me siento en uno de los bancos que hay en la plataforma, y miro a la gente que sube y baja.
En una de esas sube un chico. Pelo negro largo, vestido de negro, con cadenas en el cuello y en las muñecas con pinchos. Está con una chica con un estilo idéntico. Lo miro bien mientras avanza hacia el fondo (hacia mí), tomando de la cintura a la chica. Me resulta conocido.
Conocí a Roberto en el liceo. Le decíamos Beto, para diferenciarlo de otro Roberto. Él era Martínez, y por razón alfabética se sentaba a mí lado en clase. Se sentó a mí lado durante cuatro años. Era un chico bueno y simpático. ¿De qué otra forma se lo puede definir? A mí me gustaba un poco, bueno me gustó mucho, durante un momento, pero nunca lo reconocí, era muy feo. Tenía el pelo muy lacio y cortado honguito, rubiecito con los ojos muy azules. Me llegaba por el hombro, tenía la voz muy finita y hablaba extremadamente rápido. Y bailó Monterrojo conmigo en mi cumpleaños de quince, en octubre, un poco antes de fin de año. Su último fin de año. Dejo el liceo, le iba mal, y los padres lo obligaron a hacer otra cosa.
Ahora, Beto sigue igual de flaquito sólo que un poco más alto. Pero, ¿qué le pasó? Está con su novia conversando de espaldas a donde yo estoy sentada. La chica se sujeta del caño de arriba de omnibus, se remanga el buzo negro de modo que puedo ver un tatuaje en el brazo. Es un poco inentendible. Tiene dibujadas las emes de Metallica entrelazadas y al lado dice "Te amo, Memo". ¿Quién es Memo?
Se desocupan los dos asientos que están justamente enfrente de los mios. Se sientan. Él ya me ha visto pero se hace el tonto. Lo quedo mirando fijamente, sin parpadear. Intimidado, me mira con sus ojos celestes, como pidiendo perdón, me dice: "¿Qué haces?", y se hace el sorprendido. "Hola" , le digo con una cara -intencinalmente- cómplice, cara de "jeje, no te puedo creer".

Me tengo que bajar. Le sonriío, "Chau, beto, que pases bien". "Chau", me dice. Miro a la novia, también le sonrío, me mira con cierta antipatía. "¿Quién es?", le pregunta. Yo me estoy bajando. "Para que ya te cuento", le dice, mientas bajo.

9 comentarios:

Bloody dijo...

Jajaja, ¿tan desubicada la novia que no puede esperar que te bajes para preguntarle quién sos?

pUbLiFrEaK dijo...

Qué le habrá dicho!?

Salú!

Emma dijo...

me gusta como contás las cosas. Es fácil leerte.

Thelma y Louise dijo...

esas cosas del destino...

y bueno, son los celos, yo sería igual.. aunque podía haber esperado 2 segundos
thelma

Arkadia dijo...

Thelma, sí. Ese es un detalle importante. En realidad lo dijo bajito, yo lo redacté mal.

Hay un trecho largo y estrecho entre la cabecita y los dedos.

Jok€r dijo...

ja que lastima q nunca te animaste a decirle nada... en el liceo, es verdad comparto que tenes una forma linda de redactar! un beso! nos leemos

Anónimo dijo...

Ay amiga creo q distorcionaste mucho al pobre beto... Primero q nada su apellido no era Martinez...Es màs creo q empezaba con h. Ademàs no habìa otro Roberto en la clase!!! O yo estoy muy mal de la memoria o vos piras mucho jajaja... Igual me pareciò muy interesante el "post" porque nunca me lo contaste personalmente... jajaa beto...

Lola

Arkadia dijo...

Lola, es una HISTORIA. Gracias por arruinarla con tu increible sentido "ingenieril" del humor. Tonta, jeje.

Ya voy a escribir sobre Zoo. No te pongas celosa.

Juan Marra dijo...

Buenísima esta crónica.
Un gusto Arkadia.