jueves, 19 de abril de 2007

Bajo nuestros pies y sobre nuestras cabezas


Aspiro la profundidad de todo un océano.
Y, con eso, la sensación más divina inunda mi cuerpo.
Ya no iluminarán tus luces mis ojos
cuando la noche caiga,
y el sol no refleje en mí tu aura incandescente.
Ni suspiraré al oír tu voz,
mientras el silencio de la tristeza me haga perderte.

Ya no más mi querida,
mi amante por la noche y por el día.
Ya no será tu esclava,
ni tú la mía.
No habrá más dolor que estalle en alegría,
ni caricia más hermosa, que
sea cuchilla fría.

Ya no habrá mentira,
cuando de la rosa caiga
el último pétalo, que
fin será de ti mi vida.
Y de ti voy:
erudita ignorada mía.

6 comentarios:

Emma dijo...

No me gustan los poemas. Pero me gusta que tengas blog. Sí, suena infantil, ya lo sé.
=)

Bloody dijo...

Es tierno el comentario de Emma.

pUbLiFrEaK dijo...

No me queda muy claro si es ella o el. De todos modos me gustó mucho el poema.

Salú!

Lebowski dijo...

La que está a mi derecha es boba

Arkadia dijo...

Publifreak, es ella, y no es una persona.

pUbLiFrEaK dijo...

Ok, gracias por aclararmelo.

Salú!