El lamentable suceso, en que perdí momentáneamente la razón de mi existir (léase:capacidad motora), sucedió el fin de semana pasado. Mi amiga Carolina, compañera de aventuras, catalogaría a este incidente como un castigo divino por "hacer cosas locas" sin ella. La vida del decadente es así, al punto de llamar "cosa loca" a algo tan sencillo como caminar descalzo sobre el asfalto caliente.
Ahora, gracias a Dios y al apoyo de mi familia, que insiste en hacerme creer que soy una maricona exagerada; las ampollas de 3 centímetros de profundidad, están reventadas: el dulce agua corre por mis talones y las lágrimas por mis ojos. Bienvenida la fortaleza.
"Le deseo una pronta recuperación", me dijo el psedo- Dr. Otegui, luego de recomendarme pegar un algodón, mojado en yodo, con cinta adhesiva sobre la herida. Lo que en sí supuso una evolución, en lo que a "recomendaciones" se trata. Me refiero a que hubo quien me aconsejó que, una vez explotadas las ampollas, quitara la piel y rociara perfume. Aclaro: no le hice caso. (¡Gracias, sentido común!)
Heme aquí, entonces, girando sobre mí misma a 40 kilómetros por hora, en esta silla enclenque de computadora. Bailo con movimientos rotatorios y de traslación sobre una órbita inconscientemente definida; al son de esta música demencial. "Verano, dulce verano", pienso mientras miro de reojo, sobre el escritorio, a todo lo que nos separa.
"Le deseo una pronta recuperación", me dijo el psedo- Dr. Otegui, luego de recomendarme pegar un algodón, mojado en yodo, con cinta adhesiva sobre la herida. Lo que en sí supuso una evolución, en lo que a "recomendaciones" se trata. Me refiero a que hubo quien me aconsejó que, una vez explotadas las ampollas, quitara la piel y rociara perfume. Aclaro: no le hice caso. (¡Gracias, sentido común!)
Heme aquí, entonces, girando sobre mí misma a 40 kilómetros por hora, en esta silla enclenque de computadora. Bailo con movimientos rotatorios y de traslación sobre una órbita inconscientemente definida; al son de esta música demencial. "Verano, dulce verano", pienso mientras miro de reojo, sobre el escritorio, a todo lo que nos separa.