domingo, 2 de marzo de 2008

Un pseudo-travesti

Moraleja: nunca lleven a dos preciados amigos a ver un "espectáculo" cuyo nivel moral no ha sido empíricamente demostrado previamente. (Suplico que no se precipiten a interpretar esta frase).

Anoche fuimos a ver Monólogos del pene. Intramuros (Convención 1241, esquina Soriano), un lugar increíble para gente relajada, extremadamente relajada. El nombre dice bastante, pero no todo. Al menos, no para la inocente que solía ser antes del show. Bueno, se sobreentiende mi tendencia a la exageración.

Entramos gratis. Sí, nos colamos. Es que el cobrador estaba conversando apartado de su puesto de trabajo y nosotros estábamos apurados por entrar. Una vez dentro, bajamos una escalera: directo al infierno. Atravesamos una sala de pool y pronto nos encontramos allí, debajo de la civilización, con un agradable lugar: oscuridad, The Beatles, un par de actores tomando vodka sentados en unos sillones, algunas señoras con sus indefensos maridos y una agradable moza que nos recibió al instante con suma cordialidad. A mí me fascinó. No diría lo mismo de Lola (título: mejor amiga), que fruncía la nariz, mientras meditaba acerca de cómo respirar dentro de su suéter sin quedar en evidencia. Por su parte, Javier (título aún no definido) prudente nos guiaba hacia la barra, siempre atento a la puerta de salida. Un antro de lo mejor. Hubo algunos repentinos "che, y si nos vamos a otro lugar", mas no nos fuimos a ningún lado. Nos sentamos en la barra a tomar una cerveza y así empezó la historia.

Se nos acercó la moza:"Chicos va a empezar la función". La función, qué terrible caradura. "No hay mesas libres, si quieren les puedo poner unos almohadoncitos allí adelante y si necesitan algo me piden". Cuando accedí, noté, por pura percepción, que Lola no estaba muy convencida. Lo verifiqué cuando la pobre, tras realizar un importante esfuerzo para sentarse sobre su almohadoncito con su pollerita blanca sin que se le viera nada, me dirigió una de esas miradas asesinas.

Lola, Javi y yo alineados en primera fila, delante de unas mesas, nos disponíamos a que empezara el show. Entonces, apareció, abriéndose camino entre las mesas y la gente (poca gente), uno de los actores que tomaba vodka en los sillones. Sí, estaba disfrazado de travesti, si no lo era de verdad. Allí, mientras el travesti, pelado, gordito, viejo celulítico, bailaba con su salto de cama transparente detrás del que se podía ver un cola less de lo más desagradable, me dio por mirar hacia al lado, hacia Javier. Y bueno, el acto seguido es bastante obvio: me empecé a reír. Tenía la cara de asco más satánica que jamás he visto en mi vida. Al principió pude contener un poco la risa, con gran dificultad. Pero, ante la primer reacción a la comicidad, que emitió el público, me largué una carcajada, seguida de una revolución interna propia de una drogadicta. Y el travesti seguía bailando lentamente un tema de La Bersuit y poniendo caras de pseudo-latin lover.

"Hoy vamos a hablar de la...", dijo. Y, a partir de aquí, ya no quiero contarles más. Lo siento pero está censurado. Lo único que les puedo decir es que Lola no paraba de desviar la vista y reír con nerviosismo, Javito debía de pensar en todas las películas del estilo Transformers que me obligaría a ver para subsanar todo esto y yo... Yo me reía mucho, salvo en la parte en que apareció un hombre -asistente del travesti-, que no dejaba de hacerle guiñadas a mis acompañantes (ambos), al tiempo que se iba quitando la ropa, TODA. Y bueno, el tiempo pasaba y con cierto espíritu optimista comencé a pensar en que, tal vez, mis acompañantes mantenían las apariencias y fingían un poco al mostrarse tan desagradados. Espero.

13 comentarios:

NandoXXI dijo...

Oh! entonces fue una gran experiencia!! no? aaay! este país es una masa, no me digas que no.
Me reí mucho mucho mucho con la frase "la cara de asco más satánica que había visto en mi vida" Me lo imagino. -.-

Un abrazo Arkadia y espero que estés actualizando este espacio un poco más seguido.

No te contaré nada nuevo dijo...

Fuiste capaz de pararte en la mitad del show y gritar: bravo, bravo.

Arkadia dijo...

Nando, así será.

Y, NTCN, qué es eso de "Bravo", jejeje, ¿acaso soy una pervertida?

Bloody dijo...

Genial. Y sí. Sos una pervertida.

Patricia García-Rojo dijo...

jajajaja, llevaba tanto sin leerte que me había olvidado de tu frescura al escribir. No imaginas las carcajadas que he soltado yo en casa al escuchar de esta "aventura" porque no sé cómo denominarla!!!

Un fuerte abrazo de gran sonrisa!

Emma dijo...

Sacando la parte satánica de adentro, Vicky seguí progresando...

Indio Sangriento dijo...

Si, si, sos una pervertida... jajaja. Sin conocer a tu mejor amiga, me la imagino de esas chetitas (sin ofender) piolas, que te acompañan a todos lados, pero que puede ser que te sientas medio mal ya que te arrepentís de haberla llevado al ver su cara de asco... jejeje. ¿Me equivoco?
Bueno, me gustó tu crónica, pervertida!!! =P
jajajaj
Besos, que pases bien

Arkadia dijo...

Aire, me alegra tenerte por acá. Nos seguimos leyendo.

Emma, "Satánico": !Qué palabra!

Indio Sangriento, no me arrepiento. Jeje, soy la peor. Pobre Lolita.

Abrazos para todos.
Arkadia

JuanT dijo...

Si, un no poeta, supongo que eso te gusta...

Bueno, vamos a la historia: no sabia que eso pasaba en Mvd che, me imagino que si te parabas el asistente desnudo te agarraba y te llevaba al escenario.

Sobre inframuros nada puedo decir, solo que me recomendaron en varias oportunidades que nunca, nunca fuera.

Arkadia dijo...

No. Podes ir, el lugar está bueno (bajo mi criterio). Sólo no vayas a ver ese monólogo.

ABRAZO

NandoXXI dijo...

Creo que no hay que tenerle miedo al arte tampoco, por cualquier tipo de vulgaridades o malos gustos que estas performances puedan llegar a tener. Es una expresión válida que habría que conocer más para no asombrarse tanto...

(no sé hoy estoy discutidor)

jeje!

Juan Marra dijo...

No todo el mundo cuenta con anécdotas como esta, que aunque no sea como para contársela a un nieto, es genial.

Un abrazo.

Arkadia dijo...

Sin duda. No se la conté ni a mi mamá.